viernes, 18 de abril de 2014

El meollo del -asunto-


Soy adicta, completamente adicta.
Todo eso que balbucean algunos... de los vacíos y las hendiduras, y las insatisfacciones y las obsesivas compulsivas, el éxito, el progreso, y toda esa zurra de bobadas.

Resulta de aquello una inefable adicción a todo.

Adicta a comer, a fumar, a danzar, al enojo, a la risa, a la densidad, a la indiferencia, a la empatía(que a la larga no es más por otro que por una misma), y aún así, adicta al otro.

Adicta a lo que se ve, a lo que no se ve pero se siente, a lo que se ve porque se imagina, a lo que surge de un diálogo con otro.

Adicta qué se yo a qué no.

Entonces cada otro es un reflejo de ti, monstruoso, arrojado en este circo de monos torpes, enjaulados, iracundos, enviciados.
Y te preguntas cómo podrías NO estar así de dañado.

Soy adicta,
y lo más probable es que tú también.