miércoles, 29 de diciembre de 2010

año nuevo (te odio)



Año nuevo
vítores escándalo
abrazos teléfonos abrazos mensajes abrazos rrrrrrrrrring rrrrrrrrrring (aunque hoy en día ya nada suena como ring)
año nuevo
te odio

¡fuegos artificiales!
podrían durar toda la noche
pero no
(se acaban)
los abrazos
los vítores
los escándalos
(en mi caso)
sola
recuerdo y lagrimeo torpe
sola
año nuevo
te odio
porque me siento sola
en
te odio año nuevo

los pertenecientes
colectivos
comunidades
comunitarios
juntos
año tras año
sin ellos
con otros
pero sola

duele
duermo
quiero que pase la noche
no sentirlo
el odio (año nuevo)
la soledad (solo mía)

y con años
y ese día (odioso)
algo se muere (dentro mío)
todos los años
muere
solo

viernes, 24 de diciembre de 2010

Memoria

En cada fragmento de recuerdo anterior hay un dejo de emoción pretérita que vuelve a coser una y otra vez aquel momento al presente, la mente se vuelve un tejido siempre en construcción de memoria fotográfica, de memoria afable, de recuerdos amables y desechables. Y entre puntadas, los trazos van perdiendo volumen y extensión, se van quedando cortos y sintéticos, pero en modo vivos con el tiempo, y en otro modo vivos nosotros.
Entre vida muerte risa llanto penumbra día cielo abrazo carta grito diente triza casa mano luz hambre frío color histeria violencia calma y calor, entre finas gruesas e infinitísimas personas y personalidades residimos en eternas mentes como trozos de una manta nerviosa, permanecemos como puntos de un tejido inconcluso y perenne que puede revivir nuestra vida sin nosotros.



El camino del justo

El camino del justo tiene al menos doscientos infinitos, en la sabiduría ignorante pero en esencia puro de intuición, lleva atados en los dedos las cuerdas en que se sostienen sus articulaciones y aun teme equivocarse, no duda halar sus hilos.

El acontecer del justo es producto más que efecto azaroso del andar cegado, es más bien un movimiento como cualquiera porque si de justicia se trata quién delimita no acompaña el raciocinio del hombre común, sino más nada una noción maleable y desfigurable que grafica constelaciones indefinidas y subjetivas a ojos terrestres.

Y entonces, quién flanquea el camino del justo, quién tiene el pie en la tierra de la causa-consecuencia, en la hierba que irremediable crece en las fronteras del que siembra la honestidad con las estaciones, acaso el postergado de sí mismo para entregarse a la comunidad, acaso quien solo actúa en su función, en su posteridad, el del equilibrio tal vez, quién o quiénes, si es que no son todos o no es ninguno.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Período de incubación


Hay un espacio transitorio en el fondo de mi mente, como una banda elástica dando vueltas sobre sí misma, emergiendo de las oscuridades y entretejida de luces por las fisuras de mi craneo.

En el deshielo nocturno se resiente cada uno de mis poros y a mis pasos llenos de castañeo van dejando tras de si imágenes amargas y explosiones involutivas, sin abreviaciones, calle a calle se materializaba la amargura que me tienta, iba perdiendo el equilibrio, jugueteando con el trozo de madera que no sostendría mi humanidad tensa y dolida.

¿Una suerte de mounstro?
Un ataque alienígena, una invasión de visitantes del futuro, yo solo pedía clemencia a mis nervios temblorosos, se fueron desactivando mis sonrisas de trazo, se fueron descomponiendo y fueron quedando vacías, en la contracción aturdida de todos los músculos rodeando mis ojos, el llanto me encontró una vez más en la soledad y en el suelo helado, con los nervios raídos y el amor muerto.

Y a primera hora ya mutaba mi cuerpo para obligarme a desaparecer... entre pruebas y simplezas del séptimo arte, me quedé y fui dejada a mi abandono.

¡Cuánto antes! ¡Siempre cuánto antes!

Pero ahora, dónde estás...