lunes, 26 de abril de 2010

Atolondra

Noches de Atolondrados.

Quería sus manos ensambladas como dos piezas perfectas
esperándose para compenetrarse en carne madura y refulgir calor de ese núcleo precioso entre ellos.

Pocas veces tuvo tanto frío, entre las manos corría un brebaje completo de aguas heladas, turbulentas de noche, tersas y negras, no hubo estrellas en esos dedos atolondrados.

Surtieron esos pasos gélidos arrastrados en círculos o en dameros
esquinas tras esquinas y muerte sin luces y con señales de tránsito que giraba sobre sí mismo.

Mortuorios y asustados, el calor del vino no tocó ese labio cadencioso, decadencia del néctar precioso, se escurrió entre ellos, sin tocarlos, sin beberlos, sin inflamarlos.

Y si brillaron los ojos nadie pudo verlo, había tras cada contacto infinitos agujeros negros para absorver los cristalinos destellos que se escaparon, refulgieron los secretos en las pieles cubiertas, moradas, heladas.
Los rayos sólo volaron lejos con cada
chispa de fuego, la ponzoña del pecado se fue arrastrando arrastrando arrastrando Lejos lejos lejos lejos lejos.

No fueron puzzle ni la última ni la primera pieza
no
hubosincroníasincrónica
ni
inclinacionesinclinadas


Besé mis labios como una vidente lunática
alucinógena de mi noche helada, sin más, era la última
besé mis labios que ni a mi contacto respondieron
me desplazaron con sutileza
me negaron con dolor

amordazaron mis revoltosas sangrías para corear el
maullido lastimero.

En alguna parte, en alguna noche de astros...

martes, 20 de abril de 2010

Figura y des-figura


Me sentí apaleada, no exageraba, apaleada, ¡palos señor palos!
me desfiguró la sola idea de detener el palpitar de mis entrañas para cegarlas, se abrían mis ojos al frío mismo y se iban empañando lentamente hasta congelarse, abiertos, sintiendo el espacio que se iluminaba despacio y dolorosamente, atravesando mi cuerpo, quebrándolo en dos.

Un par de manos viejas separaron mi piel para arrancar de lo profundo el órgano deshidratado, oscuro, apaleado ya en su seno más profundo, en su romance.

Lo arrancaron con rudeza desperdigando mis arterias por el suelo, las venas fueron a dar al techo y mi cara se cubrío de lágrimas sangrientas que rodaban mis mejillas sin color, para acostarse luego en los pliegues de un vestido desgarrado, ceñido al cuerpo, desperdigado en trozos y trozos de tela por el suelo.

Una mano se lo lanzaba a la otra, el juego parecía hacerlas tan felices
mano blanca mano negra mano blanca mano negra mano blanca mano negra y ésta no quiso jugar más y en un sólo movimiento lo lanzó a la muralla contrario a la mano blanca.
Se juntaron, grises, para aplaudir la obra de arte en la blanca muralla
aún se estaba gestando, ensamblando
como aún líquida resbalaba suave
enternecidas las manos se acariciaron.

Se posaron luego sobre mi cabeza, mano blanca acarició mi cabello, lo asía y revoloteaba con delicadeza, ella debía saber como me hacía sentir, tranquila y amada, recogida de las tinieblas del acuario para dejarme llevar en esas caricias tan sencillas, tan a prueba de balas.

Mano negra posó sus dedos negros en mis ojos, y quiso cerrar los párpados de esos ojos sin vida, para dejarlos navegar la muerte negra, la muerte blanca, la vida sin romance.

lunes, 19 de abril de 2010

Capítulo 138



"Depende de tan poco, el malhumor de una tarde, la angustia de los que puede ocurrir si empezamos a mirarnos en los ojos. Poco a poco, al azar de un diálogo que es como un trapo en jirones, empezamos a acordarnos. Dos mundos distantes, ajenos, casi siempre inconciliables, entrar en nuestras palabras, y como de común acuerdo nace la burla. Suelo empezar yo, acordándome con desprecio de mi antiguo culto ciego a los amigos, de lealtades mal entendidas y peor pagadas, de estandartes llevados con una humilde obstinación a las ferias políticas, a las palestras intelectuales, a los amores fervorosos. Me río de una honradez sospechosa que tantas veces sirvió para la desgracia propia o ajena, mientras por debajo las traiciones y las deshonestidades tejían sus telas de araña sin que pudiera impedirlo, simplemente consintiendo que otros, delante de mí, fueran traidores o deshonestos sin que yo hiciera nada por impedirlo, doblemente culpable"
"Rayuela" Julio Cortázar.


Justo y preciso, por decir lo más claramente posible.
Que desagradables las arañas y-sus-telas-de-araña
Rayuela c'est finni.

Y si sigo en mi cabeza voy a volverme loca como Oliveira y voy a tirarme al cielo.


P.S: tengo una heridilla que sangra justo bajo la uña en esa parte que no tengo idea como se llama pero que al parecer y según mis conocimientos borrosos o quizás un capítulo de LOST es una parte del cuerpo que era utilizada por torturadores para torturar (valga la redundancia).

domingo, 18 de abril de 2010

Gelidez





Nervios músculos huesos entumecidos por el gris de este día de parido frío, tengo en la boca del estómago nada más lejano a una quemazón, un entumecimiento peor que el de mi cuerpo una sensación desbocada, alojada en mi pecho también, como de fantasía maldita, mentira mentira mentira, como de falacia ensayada como de tragos y tragos de leche agria revolviéndose helada en mi estómago

Algo anda mal, muy mal o terriblemente mal o quizás no hago nada mal y alguien me hace mal o estoy moviendo mal el paso hacia el costado del día después, tengo entumecidos hasta los días de los pies

Porque no me abrazas mejor porque no me abrasas con tus brazos y me das calor está todo tan helado amor tan helado tan helado como el mismo hielo de mis brazos amor estoy tan helada en este puerto con esta brisa tan helada perforándome el cuerpo

Denme algo de verdad que la verdad quema en la noche más fría, quema hasta la médula la verdad y no sé si necesito calor sólo sé que estoy helándome y deshielando mis últimos dedos

En esa gélida piel distanciada podría estatizar mi cuerpo completo y oirlo trizarse de frío caer contra el pavimento y reventarse en trozos de hielo biológico

jueves, 15 de abril de 2010

Amarte(dejarte)


En silencio con todo el ruido que había a su alrededor, posó las manos sobre la barandilla para luego sostenerse y poder balancearse despacio, casi imperceptiblemente, de un lado a otro.
Era tan claro donde le llevaban la mente a los ojos, y tan tedioso lidiar con ese tipo de deseos, siempre acababa por ceder y terminaba por dirigir una mirada fugaz a ese lado, para encontrarlo, despistado, riendo, mirando a cualquier lado, quizá apoyando su cabeza sobre esas manos pequeñas o, el que era el peor escenario de todos, mirándola.
Era cuando debía reaccionar con rapidez y girarse a cualquier otro lado, la incomodaba, la hacía sentir un malestar estomacal curioso pero molesto de otra forma que uno simplemente físico.

Cada vez que se afirmaba en esa baranda, o la usaba para girar una y otra vez sobre ella, dirigía miradas alrededor en busca de nada, con la amarga certeza de que nada ni nadie la esperaba ahí para sorprenderla o tan sólo entretenerla.

Tal vez si me acerco, no imposible, no es lógico, esto ni siquiera es importante, ni siquiera importa la lógica, es el simple y pequeño y despequeño momento hechístico en que no tendría sentido amarlo, sin amarlo, sin certeza de amarlo, pero amarlo, dios, si dios existe, dios con mayúscula no existe, pero ¿no existe? Y sí existe el amor que siento y te estoy amando, y ya no puedo amarte porque ya no me amas porque en realidad, eso es todo, si dimos la vuelta al mundo ya no importa porque ya no me amas y yo jamás sabré si te amo.

She's leaving home.........................never a thought for ourselves.

Se estaba acostumbrando a responder a cada romanticismo ajeno "el amor no existe" y era tan simple y tan perplejamente falso como eso, que no fuese capaz de reconocerlo con agudeza y optimismo no significaba que cada 1:40 segundos de su vida no sintiera alguna pizca de amor recorrerla por el cuerpo para dejarla ir luego por sus cabellos sucios.

Se preguntaba si podría descorresponder el amor que en un supuesto sentía para corresponderlo a alguien más, se preguntaba si lo que amaba era a él o a lo que fuera que sintiese que decirle amor le parecía ciertamente aterrador en todos sus sentidos, él no la amaba y ella debía hacer algo con "eso" que la balanceaba, hola, con cierta timidez mientras bajaba las escaleras con la ligereza que le permitían sus pies doloridos, ligera como se puede ser cuando se lleva peso montado en los hombros, simplemente pensaba, cuán difícil podría ser corresponder un algo que alguien había descorrespondido intencionadamente, ¡cómo no sería posible atar el hipotético amor que la sacudía para desatarlo sobre algo permitido, sobre un pudiente, sobre un verdadero, sobre un correspondido amor que no la dejara ni la dejara dejarse ni dejarlo.

Cada ciertos momentos, sobretodo cuando tenía que someterse a esas sombrías horas en que sufría sintiéndose perdida y terminantemente estúpida, miraba al lado contrario que las miradas que se dirigían donde debían estar dirigidas y se sentía, como debía, estúpida.
No porque realmente fuera, eran esas horas que la trasladaban sobre sensaciones con establecimientos previos, de la estupidez a las molestias, estomacales y sensoriales, luego, espasmos más asociados a ataques de neurótica-rabieta y luego al desagrado completo.

Tal era el fenómeno que al momento de terminadas las horas, ya estaba totalmente sumergida en una de esas actitudes autoflagelantes de tortura interior mentepsicológicas, que consistían más que nada en un odio falso pero potente concentrado en el seño y en las miradas aparentemente perdidas con cierto dejo de asesinato o del acecho de un depredador.

Era, por sobretodas las cosas un disgusto malcriado, entre aburrimiento, falta crónica de amor y aceptación y las indudables ganas de asesinar para saciar la sed de sangre del odio mentiroso que produce la acumulación consecutiva de cariños sin expresión.

Aún dentro de esta burbuja de gases tóxicos, ella seguía preguntándose hasta donde era posible estirar el amor antes de dejarlo ir como a cualquier cosa, no le cabía duda de su capacidad de patearlo fuera como a las piedras, a puntapiés, pero había algo ingenuo que la aferraba a este sentimiento que más que nada la torturaba, con la ínfima ilusión de que algo bueno podría desprenderse, pero una vez más, el no la amaba ni la amabala ni la amalaba ni la ama ba la ama ba no no no, estaba frita y congelada a un lado del camino. Sólo le quedaba el sueño en que la mataban de un balazo.

Si debía extinguirse con sus destellos de luces anaranjados era una interrogante que también la molestaba, por ahora, sólo podía balancearse una vez más en la baranda de sudor absorvido por años, y dar vueltas y vueltas para divagar en divagaciones innecesarias en su desamor de crónicas humano-marcianas.

La respuesta a todo esto, es que no podía ser humana ni marciana, era algo, pálido y gatuno, sola, clara y oscura, ahogada, amando.


domingo, 4 de abril de 2010

Soy lágrima


Cuando fui lágrima fui libre
me derramé por mis piernas hasta el suelo y el subsuelo
me escurrí a chorro por mi torso y ya no había torso
revolotearon por mi estómago como libélulas de agua
fueron tirando los hilos de mi cuerpo hasta deshacerlos en agua vertida

Soy una lágrima y soy un millón de lágrimas
soy lágrima el día antes y el mismo día
soy lágrima ahogándose en lágrimas
soy lágrima diaria, luz y de noche

Cuando estoy muerta soy una lágrima atravesándome el cuerpo
cuando estoy muerta soy una lágrima en los sueños
una lágrima soñando que despierta

Soy lágrima y soy vida
soy la muerte que nada
y nadando se muere

Soy tantas lágrimas como colores
tengo lágrimas de colores
No conozco llanto de muchas lágrimas
soy una, dos y tres lágrimas solas
soy alguien que llora