Sé que estoy siendo una niña
no cualquier niña
yo, de niña
mi niña
Sé que estoy siendo una niña
que ha salido de su lugar
ha suplantado la mujer
y se ha puesto a berrear
Todas las veces que de niña fuerte
retuve todo
contuve todo
cerré todo
para no gritar
¡¡¡Quiero a mi mamá!!!
Pues aquí me tienes, mamá, niña, mujer;
gritando a los veintisiete vientos:
Quiero a mi mamá.
Este proceso no lo puedo controlar
y conste que me he montao que lo he intentao
y en el proceso me he quemado
por dentro y por fuera
he llorado
hacia dentro y hacia fuera
y el filtro que cubre mis ojos se ha coloreado
de todos los demonios de la infancia
que en mi caso
eran todos adultos
He vuelto a sentir ese miedo, en mí, intacto.
El miedo a las voces merodeando
al rumor, a la manipulación, a la ironía perversa
yo es que era muy inocente de muy pequeña
y después,
no sabía quien era...
Yo estaba enojada, y quería ser perfecta
a ver si así no me abandonaba mi madre
y si me querían los demás.
Pero en ese momento, teniendo algunas amistades de verdad, normalmente las más asimétricas, donde yo era la pequeña y mi amiga era una niña más grande, como una guardiana, desapegada del ir y venir de mi pequeño mundo de compañeritos de curso... yo no sabía que buscaba amor en ese momento, yo pensaba que había que encontrar una mezcla entre adulación, superioridad, y fidelidad. Que la tribu quisiera seguirte, o simplemente, serte fiel.
Esto me salió muy mal.
Total. Que a medida que he ido sintiéndome más y más a mi misma, y siendo todo lo controladora que soy, soy una desfasada. Queriendo decir esto de manera un poco violenta conmigo misma, en realidad me refiero al inevitable momento en que se me salen las verdades por los poros, y lo que tengo que ver termina por poseerme y llevarme donde tengo que ir para poder ver, resolver, abrazar.
O me da un bajonazo que me obliga a mirar, tomar conciencia, hacerme cargo, y tomar acción. Aunque a veces me tardo meses en ver, y me tiro meses de cabeza como el colgado, o agarrada a las fauces del león, sosteniendo absurdamente, para que mientras mi entretengo en mi depresión, mi victimización, o el devenir de mis pensamientos, no me coma de un bocao la magnitud de mi propia creación monstruosa.
Sé que estoy siendo una niña
y esto, muchas veces, me hace sentir avergonzada
Me da verguenza no poder esconder mejor lo que me está pasando, lo que siento, lo que soy.
Y mientras lo escribo siento lo absurdo que es eso, y lo poco que me gusta haberme identificado con esta sensación de un juicio. Nunca le diría esto a una amiga, ¿por qué me lo digo a mí?
Pero estamos llenas de esto, ¿a qué sí?
Sé que estoy siendo una niña
y por ahora, es lo que me ha tocado ser
para poder llegar a un punto en que la mujer
la de ahora
la mujer que soy
que en realidad no está suplantada
sino que está aquí también, observándose
morir y nacer
retornar y caer
volver a ver
ya sabe que hacer.
sábado, 24 de agosto de 2019
viernes, 26 de abril de 2019
sin pensar
Escribir
sin sentido
escribir sobre lo que veo en frente de mi
a los lados
lo que imagino que está detrás
lo que vino antes
lo que me siguió
lo que se fue y lo que se quedó conmigo
escribir tal vez lo que siento
cuando quiera detenerme no me detengo
enarbolo cualquier otra bandera
mientras caigo en la cuenta
de que son banderas de Argelia y de Palestina
las que alzan miles de personas
montadas en un edificio sin puertas ni ventanas
aullando por una respuesta
aullando por justicia
reventándose las voces
arriesgandolo todo
por un video de 1 minuto que de la vuelta al mundo
y que alguien haga algo
¿quiénes? ¿quiénes pueden hacer algo?
yo no sé como se abrazan tantas luchas y tantas resistencias
la mar se crece
como mi angustia
porque los peces se mueren en la basura
los ríos se secan porque el sol ya no tiene que contenga su fuego
el mal crece y la mal llamada mala yerba desaparece
ya no veo colibríes en el limonero
ni abejas en el naranjo
ya no veo
ni el limonero ni el naranjo
solo oigo la ciudad
y su rostro petrificado
sin sentido
escribir sobre lo que veo en frente de mi
a los lados
lo que imagino que está detrás
lo que vino antes
lo que me siguió
lo que se fue y lo que se quedó conmigo
escribir tal vez lo que siento
cuando quiera detenerme no me detengo
enarbolo cualquier otra bandera
mientras caigo en la cuenta
de que son banderas de Argelia y de Palestina
las que alzan miles de personas
montadas en un edificio sin puertas ni ventanas
aullando por una respuesta
aullando por justicia
reventándose las voces
arriesgandolo todo
por un video de 1 minuto que de la vuelta al mundo
y que alguien haga algo
¿quiénes? ¿quiénes pueden hacer algo?
yo no sé como se abrazan tantas luchas y tantas resistencias
la mar se crece
como mi angustia
porque los peces se mueren en la basura
los ríos se secan porque el sol ya no tiene que contenga su fuego
el mal crece y la mal llamada mala yerba desaparece
ya no veo colibríes en el limonero
ni abejas en el naranjo
ya no veo
ni el limonero ni el naranjo
solo oigo la ciudad
y su rostro petrificado
viernes, 29 de marzo de 2019
Fundamento
Tomo la vida como viene
tomo la voz, el fundamento
tomo la vida y la tormenta
siembro con ella la tierra
Tomo la vida como viene,
con incertidumbre, con asombro,
con interminable curiosidad
Disuelvo el pasado con la presencia plena en el presente
siento el cuerpo, ahora, y el corazón abierto, aquí.
Soy una estrella del firmamento,
una espiral de luz en el terreno común de las sombras
La inmensidad, la enfrento con la valentía que me nombró.
Éste, un cuento acerca de un vuelo, un cuento nuevo,
que viaja por la tierra y por el espacio
Un cuento que anida en corazones humanes, animales, vegetales
tangibles e invisibles, incluso, inmateriales.
Un cuento que anida en forma de llamarada,
un fuego que limpia, que no busca si no que encuentra
y va directo a la raíz
Un cuento contra el olvido,
un cuento a favor de bailar
un cuento a favor de entregarse
un cuento a favor de soltar
Un cuento para volver, para dejar de controlar y ver
que la semilla se hace fruto de a poco,
y todo sucede muriendo y volviendo a nacer
tomo la voz, el fundamento
tomo la vida y la tormenta
siembro con ella la tierra
Tomo la vida como viene,
con incertidumbre, con asombro,
con interminable curiosidad
Disuelvo el pasado con la presencia plena en el presente
siento el cuerpo, ahora, y el corazón abierto, aquí.
Soy una estrella del firmamento,
una espiral de luz en el terreno común de las sombras
La inmensidad, la enfrento con la valentía que me nombró.
Éste, un cuento acerca de un vuelo, un cuento nuevo,
que viaja por la tierra y por el espacio
Un cuento que anida en corazones humanes, animales, vegetales
tangibles e invisibles, incluso, inmateriales.
Un cuento que anida en forma de llamarada,
un fuego que limpia, que no busca si no que encuentra
y va directo a la raíz
Un cuento contra el olvido,
un cuento a favor de bailar
un cuento a favor de entregarse
un cuento a favor de soltar
Un cuento para volver, para dejar de controlar y ver
que la semilla se hace fruto de a poco,
y todo sucede muriendo y volviendo a nacer
miércoles, 6 de marzo de 2019
la vida va
La vida va más rápido que mi capacidad de
darme cuenta
de la espiral simultánea que son
todas las acciones develando más acciones
Mi cuerpo responde primero
mi mente, demora
por mi cuerpo vivo la experiencia
y en la experiencia me disuelvo
hasta que escucho la voz que pregunta
¿Qué está pasando?
La parte de mí que quiere saber de qué se trata
por qué así
por qué ahora
por qué contigo
por qué en la tierra
por qué cerca por qué lejos porque de nuevo porque tú también y yo otra vez, aquí.
Y así,
vivo las experiencias
con un temblor que antecede a una audiencia
con un fervor del que surge una voz
con un llanto íntimo e intermitente
que acuna en mi oceano la herida
la herida sangra
y seguimos viviendo.
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