jueves, 19 de abril de 2012

El llanto milenario

Y te miraste a los ojos

aquí dentro no hay nada

- una madre te abandona -

Y abriste más los ojos

nada me roza, dijiste

no siento nada

- un padre muerto -

te miraste frente a frente

¡Aquí no pasa nada!

- en el útero un golpe sordo de ultratumba -

Entonces

se enternecen los ojos

los cierras

se desploman.

Se ha abierto ya

la caja de pandora

- susurra una voz melodiosa -

El dolor te ensordece

y ahora

con los ojos cerrados

solo escuchas

el rumor

del llanto milenario.

sábado, 14 de abril de 2012

Urdidumbre

La historia se vuelve
fonético conceptual
fonética estridente
fonética muda
tuerta necia
conéctica empalagosa
de sonidos embutidos
embotellados
líquidos babosos
son montones de sonidos
de memoria en los oídos
de alientos casi suspiros
de recuerdos y alientos

Hoy no contestas
¿qué dices?

No te escucho
(es que no dices nada)

Te vuelves mezquino
volteas la cara
te asustaste
sabía que
te asustaste
¡no te asustes!

Vuelve aquí los ojos de dinosaurio
amarillos como enflaquecidos
de ver tanto lo mismo
el mismo olor
el mismo riachuelo podrido
el mismo humo cociendo cadáveres
alérgicos
fanáticos
alegóricos por las mismas vías
rememorando
una y otra vez
esos sonidos
aquellos sonidos
que son nuestras voces
alejándose en un murmullo siniestro
de urbanidad
sospechosa.

Queda oscuro el cruce
y caerás conmigo
si endulzarme la nariz quieres
con tu ardor infinito
de momento
de lamento
de culpa en eterno retorno
que viene y te aprieta los nervios
y te callas
y me dejas en el cruce
que se ha quedado ciego
de lamento
de sueños ardiendo
y con ese ceño quemándose
con el fervor del descubrimiento
del hallazgo
con anhelo de curva declinada
con pupilas entornadas
en ojos de naranjo ocaso
la histeria
la histeria
la histeria

Sola con tu sombra
en el trozo de carretera
en el cruce o el puente
o la doble vía
ciega entre muecas de noche
ignorante en la oscuridad mustia
temiendo la luz de la infancia.

jueves, 12 de abril de 2012

El club de los muertos

Qué solo y triste voy a estar
en este cementerio. 

Qué solo
solo y triste
y qué calor
dice el flaco
hará sin vos
en verano
y qué calor
y si ésto no es un cementerio
no sé que sea
si no sea cada libro un pequeño cementerio
cada vez que se cierra
una tumba de mentes
a veces muertas
y el ojo se me pierde
en el día a día
y me canso
y jamás descanso
porque sueño me agito
inhalo exhalo
y yo
de andar arriba y abajo
dan ganas de tumbarse
en este cementerio

y caer muerto de dormido
y caer muerta de cansada
y caer muerto de placer
y muerta de risa

o de estremecerse con la brisa
o en el humo harapiento de la noche
cruda del invierno
recojo mis huesos
los entierro
les tiro un par de flores
y caigo
con tal ignorancia
que padezco una súbita iluminación
que el vicio y la carne me quitan
porque nada subsiste más allá de unos sorbos
o unos cristos inventados
o los libros
con sus palabras
y sus muertas.

martes, 10 de abril de 2012

Oceania

Si respirara más seguido
si dejara de vivir
con el cuerpo aquí
y la atención allá

Si soñara más como anoche
que nado infinitos océanos
y caigo caigo
pisos y pisos
en picada
y el mar como una almohada
me recibe y abraza

Si en tus ojos viera más que trozos
borradores apenas
en carbón
sabría dejar de mover
los pies
de aquí para allá

Entonces pienso
que para soñar con océanos
tuve que primero
recostar mi cuerpo
en el mar calmo
de tu silencio
en mi sonrisa complacida
del frío en mis extremidades
escamadas
ambarinas
espumosas