sábado, 14 de abril de 2012

Urdidumbre

La historia se vuelve
fonético conceptual
fonética estridente
fonética muda
tuerta necia
conéctica empalagosa
de sonidos embutidos
embotellados
líquidos babosos
son montones de sonidos
de memoria en los oídos
de alientos casi suspiros
de recuerdos y alientos

Hoy no contestas
¿qué dices?

No te escucho
(es que no dices nada)

Te vuelves mezquino
volteas la cara
te asustaste
sabía que
te asustaste
¡no te asustes!

Vuelve aquí los ojos de dinosaurio
amarillos como enflaquecidos
de ver tanto lo mismo
el mismo olor
el mismo riachuelo podrido
el mismo humo cociendo cadáveres
alérgicos
fanáticos
alegóricos por las mismas vías
rememorando
una y otra vez
esos sonidos
aquellos sonidos
que son nuestras voces
alejándose en un murmullo siniestro
de urbanidad
sospechosa.

Queda oscuro el cruce
y caerás conmigo
si endulzarme la nariz quieres
con tu ardor infinito
de momento
de lamento
de culpa en eterno retorno
que viene y te aprieta los nervios
y te callas
y me dejas en el cruce
que se ha quedado ciego
de lamento
de sueños ardiendo
y con ese ceño quemándose
con el fervor del descubrimiento
del hallazgo
con anhelo de curva declinada
con pupilas entornadas
en ojos de naranjo ocaso
la histeria
la histeria
la histeria

Sola con tu sombra
en el trozo de carretera
en el cruce o el puente
o la doble vía
ciega entre muecas de noche
ignorante en la oscuridad mustia
temiendo la luz de la infancia.

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