lunes, 24 de septiembre de 2012

Ustedes que olvidan

Madre
tu que olvidaste tus ojos

¿por dónde sangra tu herida?

Padre
tu que olvidaste mi nombre

¿con quién aguardas la muerte? 


domingo, 23 de septiembre de 2012

Suspiro de ser

Oh, Valentina
qué insignificante tu proeza
que incendiaria tu clemencia
¿que la razón todo lo calma?

qué agotadora tu prudencia
y tu mal aprehendido crujir
esa ingenuidad dócil
cuánto ha de empujar tu certidumbre

Oh, Valentina
tu esfuerzo
tus garras
tus dientes apenas
tus nervios asediados
en la invalidez de la sierra

tu rostro seco
tus manos temblorosas
tus ojos bien abiertos
tu Sed

Oh, Valentina
qué torpe tu existencia
ansiosa de ser
ávida de estar
con el rostro empapado
con las manos abiertas

en la voz
en el cuerpo
en la ilusión pueril
infundada mas bellísima
  de seguir
amando 

De paraderos


¿Qué pasa con el corazón entero
que se entrega infinitas veces
por segundo?


¿Dónde va parar
toda esa sangre
dulce?

¿Y la corriente del alma
como el agua sigue? 

Agua laboca


Se me hace agua la boca
vivir
hoy no me resisto
desvisto
y lo que antaño
me desgarraba las tripas
sale despedido en luz
por mi ojo
recién nacido 

Basura


Anodinos qué han hecho
con mi universo
qué mierda QUE
han ido vomitando en sus

No soy quién

y hechizarnos querría
como último aliento
incide respira como último
suspiro de
muerte

anodinos
métanse en su falo de hierro
y dejen los rostros
tras de sí

que no soy quién
ni son ustedes

viernes, 21 de septiembre de 2012

Exclamo

Ojo que brilla
que tiembla
que se mira
de afuera
en su nube
su miedo

tu inspiración está viva
luchando en esa garganta que se cierra
Lucha con ella

que no te confunda
el clamor
melancólico de mis Ojos
que no es otra cosa
que la emoción viva
de estar Despierta

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Almar

Tengo un buen decir
alegórico
aquí
en el paraíso del Mar

Una brisa
de buen sentir
de casi amar
de solo ver

Un cuerpoleaje
gozoso de su alma
sin patria
sin dios
más parecido hoy
a sus maestros
que

a su ancestros

Ausencia de luz

Habituarse a esta luz
impune de silencios

Habituarse a un corazón
deshidratado

entrampado
en su sino ficticio
bien nutrido
de perfidia

Habituarse a esta luz
incendiaria
en la penumbra

turbulenta
en desazón
del desconcierto

domingo, 16 de septiembre de 2012

Tempus fugit

Hoy he dejado de ser
inmortal

vuelvo a casa
derrotada
sin un abrazo confortante
con un llanto intransmutable

el grito no sacia mi dolor
alrededor dicen y dicen
nada cambia mi dolor
la violación de mis ojos
que miraron claros
a su ladrón

La debilidad me enerva
mas no alcanza a encenderme
es mi debilidad
demasiado consciente de sí misma

Hoy he dejado la inmortalidad
para ser
en todo momento vulnerable
desechable

Y la tristeza absoluta
es la falta de tacto
de que una y otra vez
me pidan que no sienta
dolor humano
dolor pueril
dolor mortal

Dejen
bienintencionados
asustadizos
satíricos
que sienta

Dejen
que sienta el dolor
de la violación a mis ojos
de la falta del abrazo

y la contracción
del

tempus fugit 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Ensoñá

Qué habrá querido
que entendiera yo
del ensueño

De andar ensoñá
o en-soñada
aseñorada
o des-aseñorá

Nada que ver con los idilios
o las auroras boreales

Ni con la siesta
ni la inevitable condición
de quedarse dormida

Yo creo que

nisiquiera
con el día
o la noche

Habría querido
que entendiera yo

el retorno
la danza de las piezas
sobre el tablero
el son el tablero

Habría querido
que entendiera yo

el vaivén y el desenlace
la curvatura
ascendente - cumbre - descenso

O simplemente
habría querido
que soltara ese andar cabizbajo
y sintiera el galope de ensueño
atento y sorprendido

expectante

a paso flotante

nuboso

testigo



domingo, 9 de septiembre de 2012

Intradimensional

De dónde vienes
extraño y terrestre
que asfixias con tal denuedo
el cinismo de mi memoria

De dónde vienes
que me curvas y estremeces
sin otro cuerpo que el alma

De dónde vienes
que juras en el vacío
no entender
mas
oyes todo
y en el presente
tu piel marciana
se incendia con la mía
con un calor diferido
blanco
solemne

De dónde vienes
       que regeneras con tu locura
la mía

comúnser mágico


En la lucidez última del trance
perder en cinco segundos
el hilo conductor de la existencia
voltear los ojos a las cuencas
ir a conversar
en el soterrado impulso de la Sangre
decir a un solo tiempo
mágico
cómo es aquel embarazoso desierto

Un puente


Un puente
siento en el útero
corre azúcar viva del sueño
el idilio místico
del cielo
veo en mis manos
las espinas del
Miedo
haciéndose agua
gasificando la memoria
entramada en mi cuerpo
como una cáscara frágil
un puente
devolviendo aire
nadando hacia mí
abriéndome de par
en par
un ojo alado
en la nuca

Seuniverso


Tengo un suspiro en el alma
tengo al cielo en el cuerpo
y al universo
saliendo por mis poros
abriéndome
dándome tiempo de salir
ojos con alas para ver
sangre corriendo y Sentir
que por una
continua e indefinida vez
mi ser es otro planeta
y mi cuerpo
un ancho Mar
de polvo de estrellas

Sentir


Oír
cómo se agita
cómo se revuelve
cómo se esclarece
oír
esas palabras nunca dichas
con un eco palpitante
entero

Ser oída
en mi tormenta
ser oída
en el miedo
en este miedo
ser oída
en la sangre
en lo blanco
en lo rojo
en lo denso
De la sangre ser

Decir
sí, decir eso
esas palabras nunca dichas decirlas
vomitarlas
mirarlas de frente
y saber
que su verdad resuena
en otra sangre
en tu sangre

Decir
Ser oída
y Oír
la verdad
con ímpetu de océano
con ligereza de vuelo
con calor de cielo
la verdad
y nada más
que la Verdad

viernes, 7 de septiembre de 2012

Segunda Parte

Hay un momento estático, silencioso, profundo cuando la verdad se revela. Duele, en todas partes duele, pero hay un peso intrínseco que se libera, que se expande y lentamente empieza a difuminarse. Empieza a destrabarse un nudo histórico, mítico, en el cuerpo, en la garganta, en el estómago, muy despacio pero con convicción se va difuminando y empieza a darse la luz, y aunque es triste y amargo, la aparición de la luz es irreversible e irreductible como hecho concreto.

Puedo abrir los ojos, puedo destapar mis oídos, puedo abrir la boca y decir: esto me duele, esto es horrible, esto es tremendo, esto es inhumano, esto es increíble, esto que disuelve el misterio que oprimía mi cuerpo, es la verdad.

Cuando el velo que cubría la verdad acaba de caer puedo alzar la cabeza como antes no hubiese sido capaz, ahora que puedo ver la verdad, soy también capaz de enfrentarla, de mirarla, desprenderme de ella y ver sus colores, sus formas, su propio rostro y de pasar a través de ella, no a su lado, no desviarme ni esquivarla, pasar a través de ella, hacia la noble carretera que ahora aparece cuando la niebla se ha quitado de enfrente, y aunque el humo sigue presente, ya puedo ver a través de él y sé, sin saber, que ya puedo seguir.

[Cuando el velo deja de cubrir los ojos, hay un momento de introspección, voy a mirar que está ocurriendo en mi centro, con mi cuerpo, dónde estaba apretando ese secreto y su antigüedad, luego, puedo levantar la vista, erguir mi cuerpo, cansado, pero seguro, y con convicción avanzar, escoger una vía y correrla, añorarla, puedo empezar desde el suelo o desde el aire porque ya nada nubla el horizonte que no es uno solo, pero es alguno, es el aquí y el ahora, porque ya el pasado ha descubierto y quitado sus brazos que antaño aprisionaban mi ser]



Lo primero, es volver a respirar, respirar y dejar que ese aire limpie y deje salir al exhalar toda el aire contaminado, el llanto amargo que tanto tiempo pidió ayuda, pidió verdad, pidió sentido. Dejar que con el aire emerja el nuevo llanto, el original, el llanto milenario cuando te quitan el sueño, el descanso, y recuperar el espacio para amar, para ser, para sentir, y este cuerpo antes pesado ahora flota liviano, con su historia y su memoria, una vez más separa las cortinas frente a sí, y se sumerge sin pensarlo en este nuevo misterio, fresco, revitalizado, infinito, que la naturaleza devuelve a su ser, el verdor y la luz, el abrazo que al cuerpo revive, agita, hace temblar y anhelar, volver a tener hambre, a tener sed, a tener color y calor, un calor que salta y se remece y recorre desde el centro, desde lo vivo, este cuerpo y su silueta completa, ya no difusa, sino llena de contornos y formas que le devuelven, paso a paso, la posibilidad de ser y hacer en el infinito, cualquier cosa, volver a sentir en su finitud el sabor de la eternidad.


[Miradas a los ojos, sonrisas despiertas, saltos, movimientos llenos de aire, zambullidos en todas las direcciones, inhalar y exhalar para volver a moverse y correr, distenderse y entregarse en cuerpo y alma a sí mismo, y a los otros, abrazarse, amar, con pequeños gestos de mariposa y grandes brazos como alas devolviendo al cuerpo la vida, la ilusión, de ser y soñar y volar. Refrescante, liviano, a distinto paso, con delicadeza pero de frente siempre, con los ojos bien abiertos.]

jueves, 6 de septiembre de 2012

Primera parte

PRIMERA PARTE

El secreto. Lo vivido que se mantiene escondido.
Cuando hay partes de la propia historia que se desconocen, en la memoria se perciben los espacios vacíos, brumosos, oscuros.

Estos espacios se disfrazan, de ahí que los animales escondidos se disfracen. No somos quienes somos, sino somos los disfraces de lo que no nos han dejado ver, no nos han dejado oír, ni decir, y hay una pesadumbre, una sombra llena de sentidos, que es invisible a nuestros ojos que jamás han tenido permiso para verlo de frente, éste misterio se arrastra enfermizo, insano, demente, tras de cada persona.

La verdad se esconde de frente, pero vive allá atrás, en la memoria, y el cuerpo lo sabe, el cuerpo lo siente, y lo que no está permitido saberse con los ojos abiertos, el cuerpo histérico lo manifiesta en la psicosis, en el devenir absurdo de un ser perdido, desorientado, buscando un norte que no encuentra porque se le ha negado, se le ha negado soñar, se le ha obligado a olvidar y como sin ésto no se puede, se le niega despertar de este ensueño crudo de sombras, de siluetas.

La falsedad se huele, y siempre huele mal, perjudica el aire que se respira y cada vez que éste se inhala, algo dentro se embrutece, se pudre, se vuelve a perder, y no somos dueños de nosotros porque el temor a la verdad también nos enceguece y nos turba el sueño más no la vigilia que está normada por el adulto con pánico, por la moral con pánico, por la ilusión de que lo que no se sabe, no se siente, y que la libertad no existe porque no hay tal cosa como alas para volar ni manos ávidas para escarbar.

Por cada trozo de emoción desviada, evadida, hay una violencia innata que despierta, una sed de fuego que enerva los cuerpos y los sentidos, por cada ser alienado hay sed de muerte, de venganza por lo robado, por la paz nunca alcanzada y por la imposibilidad del opresor que no deja avanzar luego de un punto y desde ahí son solo vueltas en redondo, un espiral insuficiente, irreal que no se eleva sino solo se entierra más y más profundamente en el vacío existencial de un ser sin ilusión, sin fantasía, domesticado y sometido a ser lo que los temerosos quieren que sea. Que no crezca, ni se alargue, ni se expanda, y por nada del mundo flote, y la tierra deja de ser beninga y es una prisión en que la gravedad no es solo una energía hacia el centro, sino el peso de la naturaleza muerta, de la niñez desbaratada, deshojada por almas sin hambre.

No quieren que veamos, no quieren que sintamos, no quieren que escuchemos, no quieren que digamos, no quieren que sepamos que alguna vez se equivocaron o que también a ellos los enfermaron y los dejaron sin anhelos, sin sed de vivir.

Lo que quiero es ver, ver y así sentir, sentir y así vivir.

Solo la verdad y su dolor nos hace libres.






Humo. Bruma. Neblina. Falta de expresión. Sensación de vacío, de pesar, de densidad. Coerción. Crudeza. Opresión en las distintas partes del cuerpo donde se manifiesta, la sensación de nudos. Cubrir ojos, orejas, nariz, pecho. Dar siempre la espalda, nunca mirarse de frente, nunca enfrentarse, rehuir el centro, lo esencial, siempre mirando hacia fuera, hacia lo externo, nunca poniéndose en contacto con lo interno, con el centro (mucho de las extremidades y de la sensación de ir de afuera hacia adentro). Movimiento inorgánicos y a la vez mantener la densidad, la pesadumbre.

Un espiral, donde todos se dan la espalda, que gira brumoso y pesado, cubriéndose el rostro y los sentidos, lentamente se acerca hacia el centro, con miedo, pero con paso cada vez más firme hacia el centro, hacia la verdad, hacia los otros cuerpos, hacia el amor, hacia lo esencial, eterno motor de sueños y de fantasía que ya no se esconde a la verdad, sino que la toma y la vuelve poesía.