lunes, 26 de abril de 2010

Atolondra

Noches de Atolondrados.

Quería sus manos ensambladas como dos piezas perfectas
esperándose para compenetrarse en carne madura y refulgir calor de ese núcleo precioso entre ellos.

Pocas veces tuvo tanto frío, entre las manos corría un brebaje completo de aguas heladas, turbulentas de noche, tersas y negras, no hubo estrellas en esos dedos atolondrados.

Surtieron esos pasos gélidos arrastrados en círculos o en dameros
esquinas tras esquinas y muerte sin luces y con señales de tránsito que giraba sobre sí mismo.

Mortuorios y asustados, el calor del vino no tocó ese labio cadencioso, decadencia del néctar precioso, se escurrió entre ellos, sin tocarlos, sin beberlos, sin inflamarlos.

Y si brillaron los ojos nadie pudo verlo, había tras cada contacto infinitos agujeros negros para absorver los cristalinos destellos que se escaparon, refulgieron los secretos en las pieles cubiertas, moradas, heladas.
Los rayos sólo volaron lejos con cada
chispa de fuego, la ponzoña del pecado se fue arrastrando arrastrando arrastrando Lejos lejos lejos lejos lejos.

No fueron puzzle ni la última ni la primera pieza
no
hubosincroníasincrónica
ni
inclinacionesinclinadas


Besé mis labios como una vidente lunática
alucinógena de mi noche helada, sin más, era la última
besé mis labios que ni a mi contacto respondieron
me desplazaron con sutileza
me negaron con dolor

amordazaron mis revoltosas sangrías para corear el
maullido lastimero.

En alguna parte, en alguna noche de astros...

1 comentario:

ferwa dijo...

No se si la idea es que sea asi, o si mi computador se fallo, pero veo todas las palabras sobrepuestas.. unas sobre otras.
Pero como sea, leere otras entradas que hace tiempo que no me paso por aqui.