sábado, 21 de febrero de 2009

Catorces catorces


La osadía se manifiesta como hecho único y particular de valentía. No confundamos el juego osado con el verdadero ser que no se puede cambiar.

Y el sueño se vuelve severo y sincero, no dejando atrás la realidad que acecha al hombre. El cuerpo siente ánsias, la mente tiene sueños, la luz no se acaba, sólo se esconde temporalmente.

Entonces el alma siente la soledad y el abandono, siendo la luz tenue, siendo breve la muerte.

Cuando el tiempo habla, sólo el movimiento lo calma.
No hay muerte tan eterna como la que se gesta en vida.
No habrá vida tan eterna como ésta, que cae y se levanta.

Quien caiga y se quede no tendrá más oportunidad.
Quien se levante aunque sienta que ha muerto, podrá seguir viviendo con una victoria dentro, tal vez sin seguridad, pero con certeza.

14/Feb/2009

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