Padres ciegos
Madres solas
Dos niños
y otro
Ojos como blancas lunas
somnolientas
almidonadas
blandas
Y un dejo de tristeza
de otro par de brazos
y esa que te parió solloza
Crecen aquellas
y otros decrecen
monerías de adolescente
jamás ha bastado levantar el teléfono todos los días
cuando hay una atada de manos
amamantando
Allá van juntos
o va uno y otro
como dejados de cuerpo
de cauce frío
tiemblan, y tiemblan todos
pero más grita esa criatura
ese pequeño accidente
a riesgo de precipitar solo
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