sábado, 29 de noviembre de 2014

Por el rayo

Caí
del útero a intimar
con este desvarío de estar de pie

A socorrer la sustitución del tiempo
y a danzar sobre sus restos

A hechizar el corazón del cuerpo
con la revolución de su riqueza.

Y me desvelo por las visiones
que abren los rastros del tesoro
los restos de las historias
los huesos de la mujer salvaje
que aúllan jadeantes por mi aliento

En mí arden los trozos del árbol primigenio
y astillan mi piel sus lágrimas de nostalgia
Sangra el árbol y sangro yo
hasta despertar en mis ojos toda ilusión,
y por fin ver amanecer

Vengo a encenderme la sangre
por el infinito rayo
A sacrificar el sacrificio por el amor
y reconocer en mi alado cuerpo al amante estrellado


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