sábado, 17 de octubre de 2009

Ticket to ride!


Las personas solitarias, las solitarias personas del mundo, todas ellas, ninguna de ellas, no existen como todas, están solas, estamos solas, ¿por qué estamos solas?
De dónde venimos, buena pregunta, venimos de algún lugar o de un mismo lugar.

Entramos a ese lugar, y salimos de él, solas, como personas solitarias, haciendo cosas en soledad, sin saber por qué, o sólo para seguir viviendo con cosas solitarias para hacer en soledad.

Buscando equilibrios en la soledad que en sí misma es un desequilibrio ¿contra qué atentamos? ¿contra quienes peleamos?
Acaso peleamos, con ellos o con nosotros, no es necesario pertencecer para ser, pero parece ser una necesidad, pertenecer, y los solitarios, ¿dónde pertenecen?

Los solitarios buscamos los diamantes del cielo, que tajen nuestras soledad, cortes profundos, nuestros propios carruseles, algo que nos estremezca, que nos revuelque en 360 grados.

¿Cuántos se necesitan para atravesar el mar?
¿Cuántos menos para atravesar el universo?

Cuanta sobriedad, para pegar los dedos a la tierra
Cuanta imbecilidad para hacer eso y nada más, y ¡cuántos despegues! para cruzar cielos negros, para que mi cuerpo se estire infinitamente hasta el espacio.

Allá en el espacio, donde nadie se suicida, quien podría suicidarse en el vacío, nadie se suicida en el vacío.

Vamos, ¡dónde está mi submarino! quiero ir al espacio, para dejar de suicidarme día por medio.

Jai guru dei va
Jai guru dei va
Jai guru dei va

Y si nada va a cambiar mi mundo, si es que tengo un mundo, a qué mundo debo ir.
Tal vez uno que no sea mi mundo, donde todo esté lejos, incluso, no esté.
Si no está, no tengo razones para entristecerme por lo que hago
Están lejos, más lejos que ayer, más lejos que hace años, mucho más lejos.

Todo resulta fácil si es un juego, los fáciles son los juegos, por eso son juegos de niños, de pelotas, de niños, de carreras, de niños, de arenas y cajones.
No hay amor como el que juega, no hay amor, no hay amor, hay sólo juegos.

Y el amor, si todo lo que necesitamos es amor, ¿Dónde está el amor?
Pintamos amor grisáceo, todo el tiempo, todo el día, con días grises, con caras largas, con cenizas.
Y si todo puedo hacerlo, y si todo puedes hacerlo, ¿por qué nos cuesta tanto?
Acaso debe costarnos, o es que no sabemos hacer nada pero podemos hacerlo todo.
Finalmente, sigue siendo simplemente amor.

Entonces, si la muerte, es un campo, un campo abierto de frutillas, rosas, rojas, frutillas en un campo, yo también quiero morir, para morir de mi mundo al que no pertenezco, y despertar en él, en ese campo de frutillas.

Sí, voy a morir, para dar las buenas noches al tonto de la colina, ese, el que tranquilo se posa en la alta colina, ¡esa! ¡la del final!

¡VEO BAJAR EL SOL!
¡VEO GIRAR LA TIERRA!

Y no, no estaré triste, voy a sacar mi pasaje y voy a marcharme.



Joaquín, para ti.

No hay comentarios: