Llovía
una mano para sostener el paraguas
otra para aferrarme a su brazo
y estando perdida
despertar tus ojos ensimismados
tu mirada cansina y tan audaz
me ves
me engañas
y yo te sigo
entonces te levantas, te vas
y me dejas
no sola
sino escrita
no te das la vuelta
pero susurras en mi oído
nada más lejos
de mí
pero sonrojas mi rostro
con algo
nada más parecido a satisfacción
empiezo a empaparme
la lluvia despierta
mi lúcido sueño de madrugada oscura
alguien pronuncia mi nombre
mis pies se embarran
y yo sigo entre tus ojos marrones
bordeados de negras pestañas
añorando tu voz que se agita
y tu aliento susurrante
No hay comentarios:
Publicar un comentario