domingo, 9 de noviembre de 2008

Vapor de humo



Me siento casi tan miserable, que podría asumir mi derrota.
Me siento tan llena, llena de una nada tan penetrante y profunda.

Esta noche convergen una vez más, los humos de mi pasado.
Esta noche aparecen denuevo, las tenues luces de mi peor lugar.

Vuelvo a sentir el sabor de mi derrota.
Vuelvo a sentir el aroma a veneno, a muerte.

Se alborotan los aires, el tiempo se pierde, la lógica se cae.
Siento de nuevo el dolor punzante en el pecho, los nudos que crecen, que corrompen mi ser.
Podría demostrar hoy, que no hay nada ni nadie que pueda explicar algo, ¿Por qué lo siguen intentando? ¿Es que acaso no lo ven?

Tengo en las manos la victoria, tengo en las manos la traición.
Hoy, ya no sé para dónde voy.
Hoy, he perdido todo sentido de razón.
Hoy he perdido mucho más que un negro corazón.

Ya perdí el sonido, ya perdí la voz, ya casi he perdido el sentido y la esperanza.

¿Hay alguien allá afuera que pueda trarme de vuelta?
¿Por favor?

La puerta se cerró otra vez, lo sé, puedo percibirlo, pude sentir como rechinaban las viejas y oxidadas visagras de interior, y el portazo final, determinante, temeroso de no volver jamás a abrir sus puertas, sus rojas puertas, su sangre, mi sangre.

Tengo que salir de aquí, tengo que salir de esto,
pero díganme, ¿cómo?

Estoy agotada, agotada de dar vueltas, de mirar la balanza como se hunde, porque ninguna superficialidad podrá levantarla, el peso es demasiado grande, el esfuerzo tendrá que ser aún mayor, víbora, víboras, terminará siendo, tan simple, tan obvio, terminará siendo, siempre lo mismo.

Tengo que vivir, pero, ¿para qué?

2 comentarios:

Soulless heart dijo...

Lo más absurdo del ser humano, creo yo, no es su capacidad para cuestionar su propia existencia (llendo claramente en contra del instinto básico de la naturaleza) sino que siempre conoce la respuesta, pero le encanta cuestionarla igual.

ferwa dijo...

conmigo no te hubieras quedado atrapada jamás