martes, 5 de octubre de 2010

Y amar el vuelo


Verte a través de miles de oscuridades y recordar esas imágenes anteriores no es nada como sentir tu piel ahora bajo mis dedos, queriendo envolverte en lo que las palabras son insuficientes para hablar, y tenerte ahora es la mañana más soleada en colores y es tener en mis labios un afrodisíaco que sale de tu boca y se dispersa en la mía. La ternura en un solo tacto que son millones de momentos, frutas maduras con caramelo.

El amor que siento me asfixia en caricias como las nubes blancas del alba y me adormece en el océano profundo al que se sumergen nuestros cuerpos, y el amor que siento es la droga más viciosa, el vuelo más alto, el aire más fresco. Tenerte ahora es una reverencia en la tierra húmeda, son tus manos mi lecho más blando y tu sabor el néctar por el que más se angustia mi sed.

Con cada día, más te amo, más me vuelvo loca, más me elevo, más anhelo la paz de tu abrazo y el calor de nuestra unión de lazos enredados, más creo en ti, más confío en tu amor que me levanta y flota conmigo.

Aprender a amarte, los ojos se hablan y en la noche más tranquila, los desgarros, las mordidas, las pasiones, el placer más dulce, la pasión más crujiente de amor encendido, esa música, de risas transportadas, de suspiros y respiros agitados, la sinfonía, todo aquello que nos vuelve a momentos una sola cosa, nos deja ser perfectos a ratos y encuentro en ese trance la paz y el desastre, mi hogar.


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