HANGOVER
En esas noches en la cabeza se hace un entramado efervescente, siempre presto a detonar con la brutalidad o en el silencio. En silencio fue, y en entrelazos, pero, en mi mente que empieza a despertar se enfría la vorágine y pienso que tal vez, pensará que nada valgo más para enredarse a ojos cerrados.
La resaca y el temor de que me dejen atadas puertas y ventanas.
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