miércoles, 30 de marzo de 2011

Nariz sangrante


Zurcidos cada espacio entre mis párpados
el miedo efervescente en algún ricón de la mente
rugía furiosa y agitaba los dientes sujetos en mi boca.

- Yo quería, o más bien pensaba, temía tal vez -

Y mis manos se agitaban histéricas anudadas tras la espalda
el temblor se propagaba y mis oídos zumbaban
yo iba perdiendo forma
en tanto pura en tanto temor
pudor

- Creía en realidad, que tú y yo -

Y expectante tiré las delgadas amarras
luz de ojos negros
amargos

- un día, hasta el sol próximo, hasta el recuerdo imperecedero -

El señuelo muerto calmó mis temblores
sus sentidos cortos
a pocos grados
devolvieron el mutismo a mis oídos
y entonces se quebró el vórtice perfecto.

De mi nariz roja sangre
se despedía a chorros
taladrándome los sesos
y el lecho triste
el sueño se me iba pintando negro
y escurría en triste cauce
hasta matarme el último botón del romance.

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