domingo, 27 de mayo de 2012

Ella es tan clara que ya no es ninguna


Hoy amanecí
sin haber dormido nada
sin abrir las cortinas
para decir
no abriría más los ojos
que hinchados del insomnio
dejan llover aún
el mismo gemido
de hace días
cerrándolos una vez más
veo de nuevo
con tal claridad
la fragilidad
y ya no creo
que pueda hacerlo todo
si con suerte
alcanzo un trozo de algo

Tengo el corazón arrodillado
escondido
entre sus brazos
aullando de pena
me escupe y acusa
cómo pudiste ser tan tonta
otra vez
será que nunca aprendes nada
y me dice
que debería resignarme
por qué te tardas tanto en renunciar
inútil
y luego esconde la cara
otra vez
tiene vergüenza

Intento decirle
que es una mala pasada
una más
como las otras
solo una más
pero se agita cuando me escucha
y me replica
entonces dime
cuántas quedan

Yo me quedo quieta
y sabemos las dos
que no tengo idea
y más vale recostar el cuerpo
que otra vez
se siente muerto

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