lunes, 19 de noviembre de 2007

Te ponías tan guapa al reír

Prometo no llorar, aunque sea mentira.
Prometo seguir igual, aunque todo me haga falta.
Que me haga falta, que me falte la vida.

Porque de pronto, están todos en su órbita, sus problemas los rodean y los acompañan, tanto así como para dejar de notar lo que realmente le pasa a los demás, y que más da, pienso que por esta razón ya ni los consejos sirven, mira tu que manera de ser inútil, ya hubo un momento en que pensé, mejor que calle.

Por qué tengo esa sensación de que se fue todo a la mierda, las pequeñas rutinas que jamás son rutinarias, desaparecieron, ni siquiera puedo decir que desaparecerán, porque ya lo hicieron.

Ojalá fuera de cosa de decir, no
no te vayas
no me dejes
no corras
no te alejes
no me olvides
no lo olvides
no te olvides
no te quiero
no me quieras
no me creas
no me escuches, vete ya.

Tiempo tiempo tiempo, el tiempo a la mierda, a la mieeeeeerdaaaaa
¿por qué no puedo volver al momento del tiempo que se me antoje?
¿por qué no puedo parar el tiempo, al menos por un tiempo, hasta que me sienta mejor?
De todas formas, quiero parar mi tiempo, no el tiempo de los demás, el problema es que mi tiempo, es el tiempo que se supone que también viven los demás, pésimo método, porque todos vivimos a destiempo, y en distintos tiempos.

El techo siempre blanco, la alegría tras las rejas
entierra al mundo bajo la madera
déjame cubrirla de esta tierra
pronto pierdo mis sueños, pronto se me va la vida
lejos se llevan mis sueños, los regalan, los reparten.
Aquí ya nada florece, ni el tiempo quiere correr
corren las vidas para ser muertes
para no tener que mirar nada más

Nuestra amiga, esa belleza
no llega más a entregar nada
la primavera está sola triste, deprimida

Me gustaba oír como florecía todo,
como el viento me arrastraba.
No como ahora que el sol quema,
quema hasta aquello que florece, que nace y muere
sin que nadie alcance a hacer algo por su vida.

Mi amor se estira, llegará lejos
aunque me marchiten de todas partes
se lo lleva alguien en un bolso,
donde los rayos ya no llegan
si duermo, no me despierten
tan solo déjenme soñar

2 comentarios:

arbora dijo...

Oye tú... niña... Gracias por compartir conmigo esto que se desconoce. Nunca sientas vergüenza... ni me digas que son insignificantes. Todo lo que venga de ti para mí va a tener un gran espacio porque tú tienes un gran espacio en mí. Te adoro y no dejo de agradecer el haberte conocido... La verdad es que no todos los días se encuentran personas como tú... gracias por aguantarme... a mí y a mis llantos estúpidos...
Gracias por confiar en mí...
Tú sabes... estaré siempre...
Te adora...
Anto

Soulless heart dijo...

Te levantas con ganas. Tomas tus cereales de algún animal absurdo en la caja y casi siempre olvidando lavarte los dientes partes en aquella nave amarilla de siempre. De pronto esa nave crece. Ya no es la misma. De pronto el extraño animal se transforma en pan y mantequilla. Ya no juegas a la pinta, ya no corres sin sentido. Ahora tienes que tener un sentido. Te prohiben reir porque sí. Ya no puedes esconderte mientras con las manos te tapas la boca para que no te escuchen reir. Ahora tienes que obedecer un pito infernal que ni sabes lo que hace. Quien lo habrá puesto allí? Por qué no lo callan? Queremos jugar.

Pero ya no. No puedes crear con tus lápices de arcoiris. Tienes que memorizar. Y luego repetir. Dia tras día.

Y te agarran. E intentas resistirte, pero te agarran.
Miras a tu alrededor y tus padres te miran con esa cara de lástima que no entiendes
Por qué?
Y a algunos otros también los llevan, y a otros no. Y se alejan. No, tu te alejas. Y los ves borrosos, y les brillan los ojos. Algunos incluso están hasta felices que te lleven. Otros te juran acordarse, pero no.

Abres los ojos y ya no estás en casa. Ya no hay pasto, ya no hay juegos.
Y te prohiben reir. Y ya no puedes correr porque sí.

Memorizar y repetir.
Memorizar y Repetir.

Y no sabes donde estás, ni como volver. Y no te queda más que seguir, con la mochila llena de recuerdos y esperanzas.
Y con las piernas cansadas de frustaciones y reglas.

Pero no puedes parar, no puedes retroceder. Y no se te venga a ocurrir ser feliz.

Algunos van contigo, otros se pierdieron para siempre.