miércoles, 13 de agosto de 2008

El Despertar.

¿Qué es aquella sombra que opaca el horizonte de nuestros sueños atemorizados?

Malditos temores del sueño, del amor, de la tierra, del dueño, del hombre, del torpe, del que llora, del que ríe, del que salta.

¿Cómo supiste interpretar? Te preguntarán a la hora de crecer
¿Cómo así tal cual te llegó a querer?

Como las horas de mi eterno llanto dulce, llanto dulce de amor, por despertar.

El despertar de mi alma en tu alma
El despertar de tus sueños en los míos
El despertar de tu ser en el cariño, de tu ser entregado al cielo perplejo ante tu grandeza.

¿Despierto? Estás despierto
¿Despierta? Estoy despierta

Magia de las profundidades, de las corrientes tímidas del corazón, de los agitados mares de la fuerza, los impulsos y el desear.

Porque lo que estuvo y se ha ido podrá volver de otro modo, de otra forma, en otra vida, en otro lugar, con otros sueños a mirarnos caminar.

Cuéntame por cuanto te quedas, cuéntame cuanto tiempo tengo para no pensar en el tiempo y regalarte a pedazitos mi cariño para que lo lleves contigo en los dedos, en las manos, en la mente, en el corazón y hasta en los huesos.

Ambiguo amanecer, sombras que bailan alrededor de nuestros ojos, lo inesperado se hace tuyo, el misterio me envuelve, te sonrío.


23:23 p.m. 13/Agosto

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