sábado, 16 de agosto de 2008

Tormentas

Alguna vez escuché sobre la costa del espanto.
Fríos de invierno.

Donde me dejaste para pensar en la mejor manera de recordar el olvido de los torpes que se enamoran de la sombra del agua.

¿Seremos tontos todos aquellos que gritemos al cielo perdón y echemos al fuego el temor?

Querida tormenta del sueño, querida tormenta que eres hoy.
Llévame del centro a lo que no he visto para perderme y encontrarme de una vez.

Regálame verdades para inventarlas y amarrarlas a mí mientras corto las amarras que me aferran al dolor.

Triste suelo, triste sueño, triste duelo. ¿No se han dado cuenta que hay algo que todavía puede iluminar?

Tontos todos nosotros que lo ocultamos en la penumbra de lo imposible, lo vulnerable y el mar.







EL MAR DE PALABRAS DEL CORAZÓN DE LOS QUE HEMOS PERDIDO LA CABEZA EN UN DUELO CONTRA EL TIEMPO.

Valentina.

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